Eres una perra rica-dijo- una perra rica. Ahora estoy lleno de poesía. Podredumbre y poesía, poesía podrida.
jueves, 27 de junio de 2013
Melancolía: ”Calle donde vivo, enfermedad incurable, territorio donde crecen las más hermosas canciones, los versos más exquisitos, mejor que la tristeza, mejor que la alegría, cerradura de la llave de los sueños, hombro donde apoyar la cabeza, lágrima furtiva, patria de don nadie, casa del viudo, río de los que no saben nadar, malo conocido, ojo del ciego, brazo del manco, oído del sordo, nostalgia del futuro”.
Las noches de verano se hicieron para no dormir.
Cama: “Catre, yacija, beso, polvo, sueño, fiebre, noche, siesta, sudor, mancha, semen, ladilla, chinche, lágrima, fantasma, pesadilla, musa, legaña, veneno, pezón, leche, colchón, sobaco, sombra, insomnio, porno, Orfidal, almohada, manta, colcha, sábana, somier, cansancio”
Hoy encontré una flor, no sabe donde va, perdida en la ciudad,
busca un rallito de sol,
entre asfalto y cristal.
Mírala bajando el boulevard.
Hoy encontré una flor, que no entiende a los hombres, nunca se dan la mano,
disparan con cañones, se llenan de razones, sin cuidar sus corazones.
Dice que en la ciudad siempre se siente sola, nadie sonríe a nadie, ni nadie le da bola, así quema las horas.
Dice que entre cemento, no existe poesía,
no hay sitio para el color y ya nadie le fía, en la calle alegría.
Hoy encontré una flor en un paso de cebra, quería cruzar en rojo,
saltar desde la acera, mandar todo a la mierda. Su raíz, no encuentra tierra.
Y en los escaparates, detrás de los cristales, se burlan de ella las flores artificiales.
No necesitan aire, tampoco primaveras, no necesitan agua, ni nadie que las quiera.
Entre el humo y el ruido, la tarde se acelera, en este mar de gente, es infeliz cualquiera.
Silbando melodías aunque nadie le oiga, soñando tonterías, le pillan las estrellas.
busca un rallito de sol,
entre asfalto y cristal.
Mírala bajando el boulevard.
Hoy encontré una flor, que no entiende a los hombres, nunca se dan la mano,
disparan con cañones, se llenan de razones, sin cuidar sus corazones.
Dice que en la ciudad siempre se siente sola, nadie sonríe a nadie, ni nadie le da bola, así quema las horas.
Dice que entre cemento, no existe poesía,
no hay sitio para el color y ya nadie le fía, en la calle alegría.
Hoy encontré una flor en un paso de cebra, quería cruzar en rojo,
saltar desde la acera, mandar todo a la mierda. Su raíz, no encuentra tierra.
Y en los escaparates, detrás de los cristales, se burlan de ella las flores artificiales.
No necesitan aire, tampoco primaveras, no necesitan agua, ni nadie que las quiera.
Entre el humo y el ruido, la tarde se acelera, en este mar de gente, es infeliz cualquiera.
Silbando melodías aunque nadie le oiga, soñando tonterías, le pillan las estrellas.
jueves, 20 de junio de 2013
Me persiguen
los teléfonos rotos de Granada,
cuando voy a buscarte
y en las calles enteras están comunicando.
Sumergido en tu voz de caracola,
me gustaría el mar desde una boca
prendida con la mía,
saber que está tranquilo de distancia,
mientras pasan, respiran,
se repliegan
a su instinto de ausencia
los jardines.
En ellos nada existe
desde que te secuestran los veranos.
Sólo yo los habito
por descubrir el rostro
de los enamorados que se besan,
con mis ojos en paro,
mi corazón sin tráfico,
el insomnio que guardan las ciudades de agosto,
y ambulancias secretas como pájaros.
los teléfonos rotos de Granada,
cuando voy a buscarte
y en las calles enteras están comunicando.
Sumergido en tu voz de caracola,
me gustaría el mar desde una boca
prendida con la mía,
saber que está tranquilo de distancia,
mientras pasan, respiran,
se repliegan
a su instinto de ausencia
los jardines.
En ellos nada existe
desde que te secuestran los veranos.
Sólo yo los habito
por descubrir el rostro
de los enamorados que se besan,
con mis ojos en paro,
mi corazón sin tráfico,
el insomnio que guardan las ciudades de agosto,
y ambulancias secretas como pájaros.
martes, 4 de junio de 2013
Cruza callada, y son sus movimientos
silenciosa armonía:
suenan sus pasos, y al sonar recuerdan
del himno alado la cadencia rítmica.
Los ojos entreabre, aquellos ojos
tan claros como el día;
y la tierra y el cielo, cuanto abarcan,
arden con nueva luz en sus pupilas.
Ríe, y su carcajada tiene notas
del agua fugitiva;
llora, y es cada lágrima un poema
de ternura infinita.
Ella tiene la luz, tiene el perfume,
el color y la línea,
la forma engendradora de deseos,
la expresión, fuente eterna de poesía.
¿Qué es estúpida? ¡Bah! Mientras callando
guarde oscuro el enigma,
siempre valdrá lo que yo creo que calla
más que lo que cualquiera otra me diga.
silenciosa armonía:
suenan sus pasos, y al sonar recuerdan
del himno alado la cadencia rítmica.
Los ojos entreabre, aquellos ojos
tan claros como el día;
y la tierra y el cielo, cuanto abarcan,
arden con nueva luz en sus pupilas.
Ríe, y su carcajada tiene notas
del agua fugitiva;
llora, y es cada lágrima un poema
de ternura infinita.
Ella tiene la luz, tiene el perfume,
el color y la línea,
la forma engendradora de deseos,
la expresión, fuente eterna de poesía.
¿Qué es estúpida? ¡Bah! Mientras callando
guarde oscuro el enigma,
siempre valdrá lo que yo creo que calla
más que lo que cualquiera otra me diga.
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